Bien hicieron los antiguos en representar a los Dioses en forma humana,
por ser un Arquetipo recurrente en todos los Universos. Los mismos astros
son un hombre gigantesco, revestido de materia demiúrgica, aprisionado
en esta Naturaleza y repitiéndose, aunque disminuyendo de tamaño.
No vemos a los habitantes de esos mundos porque su materia
no es captada por nuestros ojos hechos para percibir
sólo en nuestro espacio y tiempo terrestre.
M. S.
Antropos (Abril de 2016).